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XVII Congreso de UIBA 2006 en Panamá

Martí Mingarro: Más transparencia, más libertad… Más democracia

 

domingo 7 de mayo de 2006

 

Más transparencia, más libertad… Más democracia

 

 

 

Luís Martí Mingarro.

 

por Julio Bermúdez Valdés

PANAMA AMERICA

Un rumor social cada vez más fuerte va exigiendo sistemas de justicia transparentes y abiertos, que superen aquella frase tradicional, y quizás un tanto obsoleta, según la cual los jueces y los fiscales hablan a través de sus fallos y de sus vistas.

Hace escasamente un año, voces representativas de la sociedad civil provocaron que la cuestión de la justicia se elevara a tema de Estado; y más recientemente el papel fiscalizador de los medios, no solo respecto a la administración gubernamental sino también respecto al tema judicial, ha sido señalado con amargura por algunas personalidades del sector judicial, como si el primero riñera con el segundo. No es cosa nueva.

Pero para Luís Martí Mingarro esos elementos, la justicia pública y transparente, y la libertad de expresión no se contraponen, se complementan, por que “…justicia pública y derecho a la información, como un derecho pleno y prioritario, lo que hacen es que la justicia tenga que estar abierta”.

Yo siempre he dicho -explicó- que el periodista es un centinela de una libertad esencial, la de expresión; el abogado es centinela de otra libertad esencial, la de defensa; pocas veces han de chocar, pero si alguna vez chocan habrá que conciliarlas, no erradicarlas ni rodearlas de prohibición, porque son dos libertades sobre las que pivota la esencialidad de la Democracia.

Martí Mingarro ha estado en Panamá recientemente, en ocasión de realizarse aquí el XVII Congreso de la Unión Iberoamericana de Abogados (UIBA-2006), un evento académico que tuvo en el Colegio Nacional de Abogados su principal responsable organizativo.

Decano del Ilustre Colegio de Abogados de Madrid, este jurista con casi 50 años de ejercicio, hizo parte de los esfuerzos regionales de hace treinta años por liberar a la región de ese rosario de dictaduras que la sometieron a la desesperación y la violencia.

Hemos tenido que estar siempre muy pendientes, (…) desde la situación absolutamente traumática en la que nacimos, precisamente para defendernos y defender a los ciudadanos en aquellas circunstancias, hasta la situación que luego ha sido muy esperanzadora: el despertar de las democracias, el despertar del Estado de Derecho, dijo a Semblanzas.

¿QUIEN ES LUIS MARTI MINGARRO?

Un abogado que, nacido en 1937, ha estado en la profesión 46 años; ha sido Secretario de la Unión Iberoamericana de Abogados (UIBA) desde 1976 y su presidente desde 1992; se colegia en el Ilustre Colegio de Abogados de Madrid en 1958. Desde entonces su vida ha estado dedicada a la abogacía.

En su ejercicio profesional “ha desarrollado su labor defendiendo miles de casos (…) y ha desempeñado la dirección jurídica de importantes instituciones cooperativas y bancarias.

Desde la UIBA contribuyó decisivamente a la aprobación de la Ley Tipo de Arbitraje en Iberoamérica, que luego hizo suya la Conferencia de Ministros de Justicia de Iberoamérica.

Ha sido merecedor de un número impresionante de condecoraciones españolas y extranjeras, entre estas últimas la de la Orden Manuel Amador Guerrero de Panamá y la Orden de Mayo del Gobierno Argentino.

Doctor Honoris Causa de la Universidad Complutense, tiene realizado los cursos reglamentarios de Doctorado, tuvo a su cargo la cátedra de Hacienda Pública en la Escuela Central Superior de Comercio de Madrid entre 1955 y 1965. Desde 1966 ha ejercido como docente en distintos centros de educación superior.

Miembro de la Corte de Arbitraje de Madrid, es además miembro del Órgano Arbitral de la Banca Española.

Luis Martí Mingarro ha sido miembro del Comité de Arbitraje de MERCOSUR para la solución de Controversias.

Semblanzas: ¿Hacia dónde apunta este congreso de UIBA, cuáles son sus principales propósitos?

LMM: Yo me quedaría con la cohesión de las instituciones de la abogacía, de todo el continente, y de España y Portugal. Nuestra cohesión en la lucha por mantener vivo el espíritu de la Democracia y del Estado de Derecho, frente a la erosión, el declive o el desgaste que algunos fracasos ocasionales están dando a lugar, y desde esa cohesión afirmar los valores que puede aportar la abogacía. Por eso respaldar a nuestros compañeros panameños en la tarea de estructurar una ley de abogacía que les ayude y les conforte en la misión de que una abogacía espléndida con unas tradiciones magníficas como es la panameña, consiga estar bien articulada para servir a esos valores de la democracia. La organización de la abogacía en colegios tutela un valor esenciadísimo, que seamos independientes. Y no es independiente cuando cada abogado campando por sus respetos, a lo mejor es luchador y es valiente él por sí mismo, pero no tiene a todos sus compañeros alrededor para defender su libertad y su independencia. Es un valor tan esencial. La Institución allí donde no llega el individuo.

Semblanzas: ¿Cómo caracterizaría el papel de la UBIA en la región?

LMM: La UIBA cumple 30 años, 30 años en los que hemos reforzado el entramado de las organizaciones de abogados de Iberoamérica, que falta nos hace porque la ciudadanía necesita tener abogados en los que confiar, abogados luchadores, abogados que comprendan la tarea del abogado en la búsqueda permanente del Estado de Derecho, así que en esa tarea que comenzamos hace treinta años, en unas condiciones muy difíciles para toda Iberoamerica; la democracia estaba arrollada por las tiranías.

Semblanzas: ¿Cuáles han sido los principales logros en estos últimos treinta años?

LMM: En estos treinta años hemos trabajado todos juntos. Nuestra organización es la organización de los dirigentes de la abogacía, lo cual hace que nuestros trabajos, tengan una muy buena correa de transmisión hacia la abogacía de cada no de nuestros países. Hemos tenido que estar siempre muy pendientes, insisto, desde la situación absolutamente traumática en la que nacimos, precisamente para defendernos y defender a los ciudadanos en aquellas circunstancias, hasta la situación que luego ha sido muy esperanzadora: el despertar de las democracias, el despertar del Estado de Derecho y a la tarea que tenemos hoy en día, de hacer que no venga otro ocaso de la democracia; los titubeos de los sistemas democráticos en nuestro mundo iberoamericano son titubeos preocupantes que además hay que resolver desde la democracia y del Estado de Derecho.

Semblanzas: Las democracias fuertes exhiben sistemas de justicia fuertes, sin embargo en nuestra región los sistemas de justicia aparecen permanentemente cuestionados ¿Tiene que ver esto con la conducta de sus jueces, sus abogados, debe cambiar algo esto?

LMM: Nosotros los abogados los que postulamos siempre es que el aparato de justicia del que formamos parte esencialísima, (sin la postulación del abogado no hay juicio contradictorio), que esos aparatos de justicia den una mejor respuesta a la ciudadanía y no se la están dando, en varios planos. A nosotros nos concierne, sobre todo, que la gente confíe en los abogados, y para que la gente confíe en los abogados tenemos el sistema histórico de la colegiatura obligatoria que hace posible que la gente sepa que alguien que es abogado está sujeto a una regulación básica de su ética, a un control básico de su comportamiento y a unos principios exigentes. Porque el ciudadano cuando confía en su abogado necesita que este le de una buena respuesta, que por cierto no es necesariamente ganar su pleito, es defenderle bien en justicia, y obtener un resultado que sea fruto del juicio contradictorio con todas las garantías.

Semblanzas: Pero hay quejas insistentes contra los sistemas de justicia.

LMM: Es evidente que nuestros sistemas de justicia tienen mucho que mejorar, y nosotros tenemos que estar en esa batalla para ayudar a que mejore todo el sistema, aportando nuestra mejora permanente. Por eso este congreso aquí en Panamá, venti-tantos años después del primer congreso que celebramos aquí en el año 80, tiene por objeto que toda la abogacía de Iberoamerica, juntos, a lado de nuestros compañeros panameños, produzca una reflexión sobre estos valores y sobre la forma de hacernos eficientes y hacernos eficaces y que no caiga sobre la abogacía esa especie de sombra, de reproche que a veces nos llega, derivada alguna vez, será porque algún garbanzo de nuestro mundo nos hace daño a todos; pero sobre todo que es una sombra injusta, porque la cantidad de abogados leales, luchadores, que trabajan por el interés de su cliente, que somos, y resulta que algunas disfunciones del sistema parecen arrojar sobre nosotros la sombra de un reproche. Frente a eso tenemos que luchar y estamos aquí en Panamá para mostrar públicamente nuestra voluntad de enaltecer la calidad de la abogacía. Eso sí, desde un sistema legislativo que lo permita, porque la experiencia es que en los países donde existe un sistema consolidado y exigente de una abogacía colegiada, no hay ya corporativismo, lo que hay es entrega y servicio público desde la abogacía.

Semblanzas: “Reflexión y cosas que mejorar… el afianzamiento de la democracia ha hecho que el papel de los medios sea cada vez más fiscalizador de la labor de la justicia, sin embargo hay quienes encuentran obstáculos en el desarrollo de esta labor; la sociedad insiste en que nuestros sistemas judiciales tienen que abrirse un poco más y que el sistema tiene que hablar más allá de los fallos de los jueces…

LMM: Lo primero que habría que decir sobre este particular es que uno de los grandes avances de nuestra civilización es que la justicia sea pública, que se imparta en público, y eso quiere decir que tiene que estar abierta, porque lo contrario de la justicia pública es la justicia encerrada en las mazmorras y en los sub-sótanos de las instituciones, y eso no puede ser. Así que eso es un gran progreso. Otro elemento de este debate es el excepcional valor de la libertad de expresión. Por lo tanto ese es un valor, que no es que sea intocable, es que es un valor tan esencial que la reparación de los daños que puede llegar a ser tiene que ser una reparación que se practique ex-post y no ex-antes. Y la reparación expost por un sistema de responsabilidad adecuada; por lo tanto justicia pública y derecho a la información como un derecho pleno y prioritario, lo que hacen es que la justicia tenga que estar abierta. Otra cosa es el sentido de responsabilidad que han de tener los propios medios, y sus propios comités de redacción, la propia profesionalidad de los periodistas.

Semblanzas: ¿Incide negativamente el papel de los periodistas en esa fiscalización de la labor del sistema de justicia?

LMM: Yo siempre he dicho que el periodista es un centinela de una libertad esencial, la de expresión; el abogado es centinela de otra libertad esencial, la de defensa; pocas veces han de chocar, pero si alguna vez chocan habrá que conciliarlas, pero no erradicarlas ni rodearlas de prohibición porque son dos libertades sobre las que pivota la esencialidad de la Democracia; claro que a veces se producen distorsiones, no lo vamos a negar; distorsiones que no pueden llegar nunca a deslegitimar o erosionar el derecho de defensa de nadie, porque es tan sagrado como la libertad de expresión, pero la conciliación de esos dos valores, si algunas vez entran en tensión, es posible, con sentido de la responsabilidad por parte del aparato de justicia, por parte de los abogados y por parte de quienes tienen la alta responsabilidad de hacer buena la libertad de expresión.

Texto completo en http://www.elpanamaamerica.com.pa/archive/05072006/semblanzast.shtml

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